La noche en que la luna fue roja

La puerta se abrió con un chirrido que pudo haber despertado a toda la ciudad de no ser que antes el estruendo producido por el cañon pudo apagar los siguiente sonidos. El demonio entró confiado a la fábrica, al parecer pensaba que esto sería fácil pero un hombre lobo nunca era cosa de tomar en juego.

Una gran tubo de hierro salió disparado desde dentro moviendo la puerta tirándola de su soporte. El demonio tal vez lo podría esquivar, aunque poco probable por la rápidez con la que ocurrió así que lo más seguro es que sería golpeado al menos un poco.

Dentro de la fábric aún no sé veía a quien mandó a volar la puerta por los aires.

El licántropo me lanzó una barra de hierro que me golpeó en el hombro, probablemente me lo habria roto.

-Haha, muy gracioso.- En realidad no lo era. Era poco noble que me atacara desde la oscuridad. Una llama se formó a mi alrededor y subió hasta el techo, iluminando tenuemente la fábrica. Y alli lo vi, apenas era una silueta, pero podria dispararle desde la distancia a la que me encontraba. -Si me entregas la piedra es posible que no te mate estupido perro.- Lo mataría de cualquier manera, por el simple hecho de atacarme desprevenido.

-Has robado algo que ha cabreado a gente importante, por lo que si me matas te matará el que este ahi fuera, entregate y todos salimos ganando. No me importa el que o el por que hayas hecho lo que hayas hecho, solo quiero mi recompensa, y si para eso tengo que reventarte los sesos no dudes que lo haré.- Mas claro agua.

El lobo no los haría esperar, dos contra uno no era algo que se vieran todos los días, además esas criaturas tenían algo que no los hacía comunes ya que a pesar de ser tan distintos tenían una misma meta.

El demonio lo había visto y por le apuntó con una arma, si sería una pistola de plata tendría muchos problemas; sus sentidos eran mejores que los de los presentes por lo que podía sentirlos tan bien como si los viera. La figura humana se quedó parada sin mostrar ninguna emoción en su rostro, golpeó el suelo levantando mucho polvo, luego se movió a un lado con extrema rapidez para luego virar su dirección hacía el que tenía la pistola. Tal vez no lo tomarían enserio si no les mostraba todo su potencial, lo único que quería en esos momentos era que lo dejarán tranquilo.

-Shikei- Mi mano libre centelleó, y en ella apareció una guadaña totalmente negra, tanto hoja como mango. La panté en el suelo y paré su placaje, aunque por la fuerza de este salí despedido unos cuantos metros hacia atrás, hasta que una pared me frenó. -Vaya, no está mal.- Dije sonriendo.

En aquel espacio cerrado tenía desventaja, necesitaba alguna forma de sacar al licántropo del edificio. Si le disparaba no conseguiria nada, cuerpo a cuerpo tendria todas las de perder, aunque todavia habia una posibilidad, hacer que aquel ambiente fuera insoportable para cualquier ser excepto para mi mismo, reducirlo todo a cenizas.

-Haji, preparate, que no escape.- Me levanté lentamente y torcí mi sonrisa.
-¿Sabes? En Corea los perros se comen los perros a la parrilla, quiero probarlo algun dia.- Una llamarada empezó a acumularse a mi alrededor y a exparcirse por todo el edificio, consumiendo el oxígeno de la habitación, haciendo la temperatura totalmente insoportable. -A los perros desobedientes se las castiga.- Alcé mi pistola y me dispuse a apretar el gatillo.

El angel observaba como el tiempo transcurria en aquella fabrica. Los cazadores se podrian convertir en presa en cualquier momento y mucho mas con un ser que sus habilidades se basan en el olfato y su oido, no necesariamente en su vision asi que para engañarlo tendrian que pensar en un plan. Pero antes que le pudiera decir esto el licantropo contraataco, se dirigio hacia el Demonio a toda marcha. Aldion se defendio con una extraña arma, no habia sufrida alguna herida grave pero el impacto causado por defenderse con su arma lo dejo a unos metros lejos de Haji.

Cuando iva acercarse para ayudarlo, esto se dirigio hacia el interior de la fabrica.

Esta bien.Ten cuidado. -fue lo unico qeu atino a decir. Dicho esto se dirigio hacia el techo de la fabrica para tener una mayor visibilidad si llegaba a escapar. Si asi no fuera este bajaria e inmediatamente ayudaria a su compañero.-

El interior de la fabrica se ilumino, como si el dia estuviera alli. Unas estelas de calor comenzaron a verse, literalmente la fabrica se estaba empezando a derretir. El joven solo podia observar esperando que su compañero saliera ileso de alli.

El golpe había resultado pero un arma detuvo las consecuencias, no era muy rápido y eso le daba la ventaja, la guadaña sería un problema serio por lo que debía primero mantenerse concentrado en ella, además había otro ser fuera de la fábrica lo que empeoraba la situación.

El demonio comenzó a hablar de algunas cosas que poco prestó atención pues el ambiente fue incrementando en calor poco a poco hasta llegar a un horno, él aún soportaría pero no por mucho, así que saltó hacia atrás y se puso tras unas cajas de madera para luego soltar una a una de las ventanas que había en el lugar, que por suerte estaba tras la bestia, tomó un par de ellas y se las lanzó al peliblanco que tomaba un arma entre los dedos dispuesto a disparar, ambas cajas iban hacia él, luego saltó tras una gran pila de las mismas para saltar fuera finalmente por la puerta que había creado.

Las cajas impactaron de lleno contra mi cuerpo, dejandome sepultado entre láminas de madera. Aquel chucho empezaba a ser realmente interesante. Asomé la cabeza entre las astilladas tablas y empece a cesar la producción de fuego. Me levante y me sacudí el polvo y las astillas. Algunos arañazos y un par de brechas, pero ninguno de mis órganos vitales había sido dañado. Rebusque en mi bolsillo y saque un cigarro que encendi con una de las llamas que quedaba en el lugar.

-Angel, todo tuyo. Enseñame como castigas al que se ha desviado del camino del señor-. Dije encaminandome a la puerta del recinto.

La fabrica largaba una estela, como si de su interior se estuviera de a poco prendiendose de fuego. Se escuchaban los hierros chirrar, las maderas de a poco quebrarse por el calor intenso. Pero aquella escena, fue interrumpida por ruidos de cajas, no sabia que estaba ocurriendo. El calor que emanaba aquella fabrica ceso y el romper de unos cristales se hizo eco en aquella noche desolado y silenciosa.

Aquel demonio salio de la fabrica con partes de su ropa rasgada y algun que otra herida leve. Este llevaba un cigarro en su boca, fumo un poco y luego se dirigio al ange que era su turno de actuar. A decir verdad tenia razon ya que todo lo habia echo èl.

Esta bien es hora de actuar. -respondio Haji para luego saltar hacia el techo de la fabrica donde estaba transcurriendo la pelea.-

Se acerco hacia unos de los costados del edificio y miro el lugar por donde habia salido aquel ser peludo. Parecia que le gana en fuerza y agilidad pero ellos eran dos y tenian venaja numerica. Siguio unas huellas que se dirigian hacia afuera de la fabrica y pudo observar a no mas de 6 metros la figura de aquel can.

Lo siento. -murmurro el angel, luego de saltar en direccion. Cerro su mano derecha en un puño y la llevo hacia atras. Cuando estaba a 1 metro de èl pronuncio algo.-

Golpe de Fe. -una luz de color amarillo se produjo de su puño e iva dirigido al cuerpo del licantropo.-

La situación era difícil para el hombre lobo pues estaba a pocos metros de un ataque directo, al momento que el ángel lanzó la ráfaga de luz esta dio de lleno a la bestia pero al momento desapareció dejando un rastro de sombras que se desvanecieron, detrás del pelinegro una figura apareció, era a quien golpeara momentos atrás, tenía el puño levantado y lanzó un potente golpe al rostro del ángel.

Les falta experiencia en pelea… Lo que había sucedido era algo extraño, el golpe le dio de lleno pero no parecía afectado, el ángel tal vez intentaría esquivar pero las probabilidades de poder hacerlo era casi nulas pues el golpe fue cercano.

Comencé a silbar una alegre canción, el ángel no luchaba del todo mal eso sin duda. Me senté en el suelo y saqué mi revolver, aputando a aquel hombre-lobo. Me quedé en esa posición durante un rato, observando el espectaculo. Todavia ninguno de los dos había caido, y se había propuesto acabar con la misión antes del amanecer.

-Almas, que vagais por este mundo corrupto, perdido está vuestro camino, sin origen y sin destino. Vuestra fuerza será mi arma.- Chasqué la lengua. -Espada Etérea.-

Fue corriendo al encuentro del ángel, el licántropo lanzó un golpe al rostro del ángel, era poco probable que lo esquivara, por lo que agarré su brazo. El licántropo intentó zafarse.

-Es inútil, soy mas fuerte que tu-. Se giró e intentó golpearme con su otro brazo libre, pero este chocó contra el cañón de mi revolver. -E igual de ágil-. Lo solté y le proporcioné una patada en el pecho.

Parecia que el Golpe de fe le habia dado de lleno en su cuerpo peludo. Pero no pudo observar si lo habia herido de muerte o solo fue un rasguño, ya que solo desaparecio entre las sombras de la noche. Empezo a mirar a su alrededor intentando localizarlo, pero era inutil parecia que se habia esfumado de aquella zona. Pero aquel ser habia aparecido detras de Haji, que lentamente desviaba su cabeza hacia su espalda boservando como una patas con garras afilada se dirigia a su rostro. El licantropo mientras atacaba comento algo sobre aquellos dos presentes.

No pue-... -murmurro, pero en ese momento otra mano se hace presente frenando aquel ataque. Era aquel demonio.-

Inmediatamente retrocedio de su lugar alejandose de aquella escena. Escucho lo que dijo el licantropo sobre que le faltaba experiencia en batalla. Podria ser verdad ya que el angel, en su nueva etapa de vida nunca habia asesinado a ningun ser vivo durante un combate.

Puede ser verdad. -le respondio el pelinegro a su oponente. Su rostro cambio a uno serio, la atmosfera del lugar comenzo a ser pesada, mientras se levantaba un viento de procedencia desconocida. El joven estiro sus brazos hacia abajo y la cinta que sostenia su cabello se desprendio dejandolo suelto y lizo. Un batir de cientos de alas se escucho a los alrededores y una pluma cayo en el suelo. El joven mostro su verdadera forma, ya que su compañero habia echo casi todo el trabajo y el solo habia observado. Luego levanto su cabeza y estiro sus alas provocando un viento en la zona y se volteo a mirar al can- Pero nosotros somos algo diferente!

Observo como aquel licantropo estaba luchando para safarse de su compañero. El demonio habia soltado al ser peludo y le iva a propinar un golpe. Haji aprovecho esto y utilizo sus alas para moverse aun mas rapido y posicionarse detras de èl. Iva a utilizar el mismo movimiento que su enemigo. Mientras Aldion le golpearia por delante, èl lo golpearia por detras con un golpe de puño.

Off: Aldion no puedes manejar las acciones de otro personaje lo dejo pasar por esta vez, yo rolearé al hombre-lobo. Haji el “perrito” está en su forma humana, por eso puse que hablaba, en modo animal no podría hacerlo. Disculpen la demora.

On: El golpe iría de lleno al pelinegro pero de un momento a otro su brazo fue tomado, por sorpresa, por el otro ser, demonio le indicaba su nariz; fue algo realmente innecesario tomarlo del brazo, con un ataque sería suficiente y habría ganado un valioso espacio, ahora el hombre-lobo no iría tan descuidado como hace unos instante, la bestia intentó golpear al demonio con su brazo libre pero igualmente lo detuvo para luego lanzarle una patada en el pecho que le dio de lleno.

El ángel se había movido, era cierto que ellos podían ser más, más fuertes e igual de ágiles pero en ese momento quien tenía la ventaja era el lobo de cabellos oscuros pues los tenía cerca de ambos y aún no habían visto todo su poder. Sonrió al sentir al ángel cerca, tenía sentidos muchos más desarrollados que sus atacantes, para luego lanzar energía hacia sus pies, su sombra tomó la forma de pinchos los que salieron como estacas hacia ambos, ángel y demonio, sería muy difícil de esquivarlos, por no decir imposible pues era un ataque sorpresa además de cercano.

OFF: Si las estacas salen de tu sombra, vendrian desde el suelo en dirección diagonal me imagino.

-No lo haces nada mal, pero necesitarias algo mas que eso para vencerme.

Alcé el brazo, y un haz de energía roja se acumuló bloqueando aquel ataque.

-Un ataque sorpresa deja de ser efectivo cuando deja de ser sorpresa-.

Las llamas se acumularon a mi alrededor y se esparcieron por la zona, el olor a quemado, la temperatura, la luz de las llamas, todo era perfecto para confundir los sentidos del cánido. Salí de uno de aquellas llamas y me abalancé contra el.

-Espada Etérea-. Le provoqué un corte no demasiado profundo en su hombro, la herida se pudrió e infectó en poco tiempo. Retrocedí y saqué mi pistola -Uff, eso debe doler-. Dije mirando con cara seria la herida-. Ahora muere.