La noche en que la luna fue roja

Algunas historias cuentan el porque la luna se vuelve roja ciertos días, entre ellas está que alguien asesinó a un demonio y esta cubre la superficie de la tierra la cual se refleja en la luna, esta se vuelve roja porque la sangre de demonio es mucho más roja que la normal. Pero esta no es noche para leyendas o mitos, la luna estuvo roja seguramente por lo que estaba por ocurrir fuera de la ciudad Fuyuki; estos extraños acontecimientos son normales desde que el Santo Grial enloqueció y comenzó a emitir demasiada energía destruyendo el equilibrio natural.

La luna era roja y el viento soplaba fuerte en dirección Este cuando unos suaves pasos comenzaron a sonar cada vez más cerca de una de las tantas fábricas abandonadas que por ahí habían. La noche había caído hace tiempo así que era difícil ver quien podría ser aquel silencioso personaje que se avanzaba por uno de los lugares más peligrosos de la ciudad como si nada.

Había llamado a un amigo y este le dijo que podía conseguirle a quien le haría el trabajo; debía ser bueno si era recomendado, seguramente sería uno de los tantos “distintos” que habían aparecido hace poco, ya no sólo eran unos cuantos, ahora ya no eran especiales… Ahora pululaban por todos lugares.

Aquella noche la luna era roja. Iba caminando por el barrio comerical, obsevando aquellos reflejos sangrientos que proyectaban las ventanas y las puertas metálicas de las fábricas ya cerradas. El viento soplaba fuertemente, algo que me resultaba bastante molesto ya que mi propio pelo golpeaba mi rostro, este pais llegaba a ser molesto de vez en cuando.

Buscaba a un licántropo llamado Kael, este a la vez había estado buscando a un ser cualificado para hacer algun tipo de sucio trabajo, ese había acabado siendo yo. No sabía que clase de trabajo sería para necesitar a alguien como yo para llevarlo a cabo. Yo tampoco no tenia ningún motivo para llevar a cabo cualquier tipo de trabajo, no necesitaba dinero ni cualquier tipo de objetos materiales que aquel hombre pudiera darme, era simplemente curiosidad.

Al llevar un rato caminando vi a un hombre de cabellos rubios, algo desaliñado, sin duda debía de ser el. Me acerqué andando tranquilamente hasta situarme cerca de el, después me dispuse a preguntarme.

-Una noche realmente preciosa ¿no es asi?.-dije con una sonrisa en mi rostro.-Tu debes ser Kael.

El aire tenía una esencia distinta a la que normalmente se sentía en las noches en ese tipo de lugares, se podía percibir un lejano aroma a sangre regada además de cuerpos putrefactos en algún lugar de esta zona tan alejada de la ciudad. El licántropo tenía las manos en los bolsillos viendo hacia delante llenando sus pulmones de aire con una pasividad poco común para quien percibiera estos hedores.

Sacó de su bolsillo izquierdo un cigarrillo y del derecho un encendedor, irónicamente plateado, con el que encendió el tubito de papel que sostenía con la zurda. Una pequeña bocanada de humo salió de sus labios cuando escuchó el comentario de quien se acercó hace algunos minutos con una presencia casi imperceptible.

Si… Respondió al comentario de su acompañante… Aunque tal vez no para un asesino… Siguió mirando hacía el frente, la “persona” que le habían conseguido para hacer el trabajo emitía una humor oscuro, sería un demonio? Podría ser una buena suposición pero prefería esperar a tener más pistas… Me dijeron que eres bueno… Volvió a poner el cigarrillo en sus labios y la candela se encendió iluminando un poco el rostro del rubio que volvía la mirada hacia quien apareció recientemente.

Tosí de forma teatral sobre mi manga cuando Kael se encendió un cigarro, luego me rei de mi propia estupidez. -¿Un asesino? Todavia no soy nada de eso. Creo que en mi vida milenaria habré matado menos humanos que las que haya matado otro ser en un periodo de tiempo mas corto.-

Supuestamente y segun mi fuente, tenia ante mi al Licántropo Original, probablemente el humano mas cercano del poder demoniaco, por lo que era digno de admiración y alabanza, para los propios humanos me refiero, yo no tenia motivo para hacerlo. Miré hacia el cielo, observando la sangrienta luna. -Bueno, vayamos a lo realmente interesante, ¿en que consite ese trabajo Kael?.- Le lancé una divertida mirada por el rabillo del ojo, cualquier trabajo para el que me necesitara probablemente podria haberlo llevado el mismo a cabo...

Una segunda bocanada de humo seguida de una nube gris que salía de la boca del licano, en realidad era uno de los pocos placeres del que disfrutaba. La noche seguía con una media luna en el cielo, estrellas y unas cuantas nubes en el cielo.

No dije que tú fueras el asesino… Volvió el rostro viendo al demonio… Lo que quiero es que mates a uno… Era muy cierto que él mismo podría hacer ese “trabajo” pero no quería darse a conocer y menos con un Hombre Lobo que seguramente había sido convertido hace poco y en sus recientes transformaciones mató a varias personas. Algunas personas estaban molestas por el nuevo cazador que apareció y era su deber hacerse cargo… Lo harás…? Volvió a aspirar otra bocanada de humo esperando la respuesta…

-Quien sabe.- A pesar de que se lo habia preguntado, no respondió completamente a mi pregunta. -No me importa matar a nadie, nací para pecar... lo que si me importa es a quien tengo que matar. Dime quien, cuando, donde, y si hace falta, un porqué, y entonces me plantearé hacerte el trabajo sucio.- Me crucé de brazos y suspiré. -Aunque no lo creas, los demonios tenemos nuestro orgullo, por lo que no haré un trabajo hasta estar seguro de lo que hago.

Orgullo, y sobre todo, precaución. Muchos magos capaces de acabar conmigo con esa dichosa magia blanca rondaban ultimamente, no queria ir directo a mi final, no tenia ganas de morir todavia. Era una epoca llena de maravillas y acción, queria vivir minimo un milenio o dos mas.

-¿Y bien?.

Realmene sabía que los demonios eran orgullosos pero también sabía de sbra que ese orgullo era un arm de dole filo pues ern fácilmente tentados por los asesinatos y más si sobre eso ganaban respeto y nombre. Había vivido en ese mundo por varios años y sabía bastante bien lo que teía que hacer.

La misión es matar a un Hombre Lobo que a estado acechando... Era verdad que él mismo lo poría hacer en no menos de un día pero ese no era el punto... No puedo quedarme de brazos cruzados ahora que ha empezado a atacar civiles... Habá poca gente que sabía de su raz pero aún así eso no era muy buenpara él debía encargarse... Claro que no personalmente.

Ahora... Su rostro se puso algo serio del que normalmente era perezoso... Te interesa...? Sonrió ampliamente... A muchas personas les molesta el bastardo... Terminó botando la collila de cigarro que había terminado de fumar...

Me mordí mi enguantado dedo indice con expresion pensativa. Mata un licántropo novicio, estaria desequilibrado y descontrolado, podria ser facil, pero tambien bastante divertido, sin duda. Era un trabajo realmente interesante, pero no podia mostrarme interesado no era mi estilo. Me quede pensativo un rato mas, pensando en algun motivo por el que refutarle, aunque no se me ocurria ninguno. No, mas bien, no habia ninguno. Suspire y alzé la cabeza mirando hacia el cielo nocturno.

-¡Aha!-Exclamé cruzandome de brazos. -Suena interesante, quizas lo lleve a cabo, pero siempre y cuando me lleve una buena recompensa. Nos olvidamos de que, a pesar de todo, yo no trabajo gratis. ¿Que recompensa tienes pensada exactamente?

No me interesaba demasiado el dinero o las mujeres, si era algo sorprendente mejor, y si no tenia nada interesante, me quedaria con lo que mas podria costarle... solo por fastidiar.

Ahora el chico se mostraba pensativo, seguramente estaba viendo que de provecho opdría conseguir de todo este alboroto, o tal vez no, la verdad era que no le interesaba mucho si él lo hacía o no; podría conseguir a varias personas que lo hicieran y harían menos preguntas.

Por un momento se mostró pensativo pero al final su rostro cambió al exclamar su respuesta, al parecer sería afirmativa; pero luego comenzó a preguntar la recompensa, ese era un tema aparte, simplemente la recompensa estaría en el lugar donde él haría el trabajo.

Recompensa dices...? Exclamó sonriente, ya tenía la atención necesaria y ahora sólo bastaba darle un empujón... Como ya te dije a molestado a muchas personas y entre sus fechorias está el robarle una piedra algo rara a un tipo... Había robado más de lo que debía y ahora sería juzgado, pero la verdad no tenía razón para devolver la piedra... Y él ahora lo busca pero si se pierde no habrá problema así que si lo matas te puedes quedar con la roca, dicen que tiene poderes especiales... No le interesaba esa roca ya que más que nada tenía que guardar perfil bajo en todo esto del Santo Grial, estaba al lado de alguien que le había dado una segunda oportunidad y eso no quería desperdiciar.

-Una vez que caze a ese perro sarnoso no lo necesitarás para nada ¿no?. Me gustaria quedarmelo para estudiarlo-. La simple idea de tener un especimen tan valioso me hizo relamerme de emoción. Podria diseccionarlo y luego disecarlo y ponerlo en la entrada de mi tienda. Seguro que atraia a un monton de frikis. Aunque seguro que atraeria mas gente estando vivo. -De acuerdo, trato hecho. Cazaré a tu chucho.-

Rebusqué en el bolsillo interior de mi túnica y saqué una caja metálica, la abri extrayendo un puro. Lo coloqué en mi boca y prendí una pequeña llama en mi dedo, que me sirvió para encenderlo. Exhalé el humo.

-Que bien sabe la victoria. ¿Donde podria encontrarle?.-Dije antes de absorber el humo nuevamente.

La codicia además de los bajos instintos del demonio estaban fluyendo como si fuera un estanque que había sido abierto y estaba rebosante de fluidos. No había porque mostrarse serio con esas cosas, lo mejor que uno podía hacer era mostrar su verdadero rostro y seguir adelante... Aunque ni el mismo Kael lo hiciera.

No lo dejes con vida... Volvió la mirada a el rostro del demonio, no había mejor forma de saber lo que estaba pensando... Podría ser muy peligroso para ti... Lo decía en serio, no había porque menospreciar a un enemigo y más aún cuando este era un lobo pues ellos eran demasiado orgullosos. Conocía bien a esta bestia y sabía que no se lo debía tomar en menos porque al menor descuido acabarías muerto, era muy inteligente, casi demasiado y esa era su mayor ventaja.

El demonio sacó de su ropa un puro y lo encendió, Kael prefería los cigarrillos, botando así un poco de humo que se podía sentir demasiado bien.

Tienes un punto menos... Concluyó dando una sonrisa ligera... Ahora el humo se impregnó en ti y el lobo te sentirá mucho mejor... Era cierto que el hedor de los demonios era fuerte pero si a eso le combiinamos la escencia del humo tendríamos un GPS integrado al ahora cazador... Y por algo te cité aquí... Volvió en sus pasos para perderse entre las sombras. Había sido muy rápido que lo más seguro es que el demonio no se haya dado cuenta del momento en el que partió tan rápido e invisible como el viento de la noche que escondió a una bestia formidable.

-Adiós.- Dijo Aldion alzando vagamente la mano a la nada, luego se dio la vuelta, le tocaba hacer algo bastante tedioso, buscar. Con una rafaga de aire, el ambiente se llenó de un aroma dulzón, y no es que Aldion tuviera nada en contra de los dulces, pero si de las cosas tan dulces. Era un aroma tan fuerte que empalagadaba los sentidos, era el aroma de un ángel. Miró a su alrededor, intentando adivinar de donde provenia aquel olor, y detrás de una esquina divisé una sombra.

-Puedes salir ángel, no voy a comerte. Al menos eso creo.- Dije con una risa macabra en mi boca. Aspiré el humo de aquel puro y luego lo apagué, ya tendria tiempo de festejar despues de que acabara con aquel chucho sarnoso.

El joven angel escucho lo que decia lo que el demonio hablaba. Mando su cuerpo para adelante y teniendo sus manos dentro de sus bolsillos, aparecio ante la presencia del ser maligno. Era extraño lo que ocurria, dos demonios en un mismo dia y en esa ciudad, realmente estaba sucediendo algo raro, pero ahora no podria preocuparse por ello, ya que algunos angeles podrian estar buscandolo para darle caza.

Avanzo 3 pasos hacia la direccion del demonio, para luego sacar sus manos y mostrarlas que no llevaba ningun objeto peligroso hacia su persona.

Joven Demonio, me gustaria preguntar algo. Si es posible me gustaria que me respondieras con la verdad. -hablo el angel, luego de mostrar sus la volvio a los bolsillos.-

¿Joven?¿Yo? Aquel angel no sabia de lo que estaba hablando, yo era Aldion, yo estuve a cargo de la destrucción del templo de Jerusalem, yo... bueno, dejemoslo.

Me recosté contra una de las frias paredes de una fabrica y me senté sobre el suelo, luego apoyé mi barbilla sobre mis manos y miré al ángel con gesto aburrido.

-Venga, desembucha, que no tengo todo el dia.- No sabia lo que querria preguntarme aquel ángel, y probablemente le respondería con lo primero que se me pasara por la cabeza y me marcharía a seguir con la misión, preferiria terminarla antes del amanecer, si no tendia que esperarme hasta la noche siguiente y no tenia intención de hacerlo. Empecé a inquietarme.

-Vamos, ¿que quieres?.-

-¿De que piedra estas hablando? Claro que no se nada sobre una piedra...

Espera, o si lo sabia. La piedra, el objeto robado por aquel licántropo, ¿pero seria la misma piedra?. El hablaba de un demonio, a mi me habian encargado matar un licántropo, era demasiada casualidad para que no fuera la misma piedra, en cambio, uno de los dos habia sido engañado. O era un demonio, o era un licántropo aunque no creo que las dos cosas.

-Yo tambien estoy buscando una piedra magica.- Dije pensativo. -Pero mi piedra no fue robada por un demonio, si no por un licántropo. ¿Estas seguro de que tu información es correcta?.

Estaba seguro de que ese tal Kael no era un tipo de fiar.

Una piedra magica? -penso el joven ante la frase dicha de aquel demonio.-

Parecia que tenian el mismo objetivo, o asi de simple vista podria tratarse de otra. Pero esto alerto a Haji, como podrian dos especies que estuvieron peleando desde la creacion de la vida, ahora buscar un mismo objeto. Para complicar la cosa, parecia que otro ser la precisaba por lo tanto llamo a este demonio para ese trabajo. Muchas cosas que pensar y ninguna respuesta para el angel.

Se ve que el enemigo que me imagine era completamente distinto. -le respondio al ser maligno.- A decir verdad, solo me hice una imagen posible de quien podria haber robado esa piedra, ya que mi cliente no me dijo nada acerca de como era el sujeto. Y llegue a la conclusion que podria tratarse de alguien cercano a èl, o sea otro demonio. Pero parece que me he equivocado completamente.

El angel pauso por un momento para pensar en algun plan que podria beneficiarlo en algun momento, ya que si hay dos detras de esa piedra podrian haber mas gente. Sin contar que no sabia nada acerca de quien tenia posecion de esa roca, pero parecia que ese ser oscuro sabia algo mas que èl.

Demonio. -hablo con una voz firme pero suave a la vez.- Se ve que ambos no sabemos toda la historia acerca de esto. Por lo tanto me tomo el atrevimiento de hacerle un trato el cual, podria beneficiar a ambos.

-¿Propones una alianza, eh?. Está bien, pero con una condicion. Mi trabajo es matar al ladron, no obtener la piedra, aun asi, la quiero. Te la entregaré sin resistencia a cambio de alguna otra cosa que pueda ser intersante.- Dije entornando los ojos.

Mira por donde, iba a tener ayuda en la mision e iba a recibir algo que no fuera esa piedra, que ciertamente no me interesaba demasiado. No creo que el ángel fuera tan ególatra como para retarme a un duelo por la piedra, no se arriesgaria de tal forma, por lo que solo le quedaban dos salidas pacificas. La primera era entregarme algo valioso y/o interesante, por lo que los dos saldriamos beneficiados. La otra opción es que me engañara y huyera con la piedra, en ese caso le buscaria y lo mataria. Por lo que yo no ganaba nada y el perdia la vida.

Cualquier persona medianamente inteligente elegiria la primera opción, espero que ese ser no fuera demasiado estúpido.

-¿Empezamos la busqueda del perro sarnoso?-

El demonio le habia leido la mente al angel. Y el se adelanto y èl propuso una tregua entre ambos, se podria decir que dos personas son mejores que una, pero en este caso dos razas que son tan diferentes como el dia y la noche no se sabria decir como terminaria.

Nuestros caminos se cruzaron por un motivo. Yo estoy para recuperar la roca y ud. para asesinar al ladron. -hizo una pausa mientras recorria alrededor de aquel sujeto observandolo detinamente.-

Si el problema es la recompesa, dejeme decirle que mi cliente es alguien poderoso. Podria compartir mi recompensa con ud. si eso no lo hace feliz o si desea un objeto solo para ud. seguro aquel sujeto le podria dar lo que busca. -mientras hablaba recorria alrededor de aquel sujeto con una sonrisa en su rostro, mientras tenia sus manos atras de cintura. Cuando termino de hablar se puso detras del demonio, mas o menos a una distancia de 3 metros.-

Segun la informacion que posee ud. es un licantropo. Mi informacion dice que el individuo se encuentra cerca de aqui,señor Demonio. Pero me gustaria saber su nombre, el mio es Haji Miyagustar. Mucho gusto. -el angel cuando se presentaba hizo una reverencia llevando su brazo derecho hacia su estomago, su pierna derecha la llevo hacia adelante y su pierna izquierda quedo atras. Agacho su cabeza para luego volverla a subir. Luego una sonrisa se dibujo en su rostro y hablo nuavamente- Me gustaria saber su nombre para no tener que llamarlo Señor o joven demonio.

De nuevo con aquello de joven demonio, le diria mi nombre al fin y al cabo.

-Mi nombre es Aldion, solo soy un humilde tendero.- Dije con sorna. -Será mejor que nos pongamos manos a la obra, me temo que mis dotes de detección dejan bastante que desear y volver a mi forma original llamaria demasiado la atención, a si que tenemos dos opciones, atraerlo o dar vueltas tontamente hasta encontrarlo.

Me quedé pensativo, ¿cual seria la manera mas rápida?.

-Ya está, haremos las dos cosas a la vez.- Me despojé de mi túnica de color negro, probablemente me atacaria por sorpresa, a si que necesitaba el mayor grado de mobilidad posible. Debajo del manto negro llevaba una camiseta negra sin mangas, que dejaban ver mis semi-musculosos brazos, algo que no pegaba demasiado con mi aspecto. Deposité con cuidado la túnica en el suelo y dejé el sombrero sobre ella, aparté el flequillo de encima de mis ojos, necesitaba el mayor grado de percepción posible.

-Estate atento.- Dije mientras sacaba un cigarrillo y un mechero de mi bolsillo. Aspiré el humo y luego lo apagué contra el asfalto. Exhalé el humo y me dispusé a empezar con la "busqueda". -Chacal.- Una pequeña llama prendió mi mano, desapareciendo al instante y dejando en su lugar un revolver de color negro.

-Una Magnum del 45, la mejor "pipa" que existe. Además esta personalizada, volarle la tapa de los seso a ese lobo será pan comido. Vamos.- Empecé a caminar hacia delante, atento a cualquier sonido que no fueran las pisadas del ángel o las mias propias. Disparaba indiscriminadamente contra cualquier cosa que se moviera, fuera una rata o un gato callejero. De vez en cuando disparaba al aire esperando atraer a ese chucho.

Aquel ser se hacia llamar Aldion, un nombre no tan comun entre el mundo de los vivos. Tal vez en el mundo de los demonios sea un nombre corriente. Luego de las presentacion, el demonio empezo a hablar sobre como harian salir aquel licantropo. Antes que pudiera decir algo a Alfdion ya se le habia ocurrido algo. Este se cruzo de brazo y una leve sonrisa se dibujo en su rostro, queria ver que se le habia ocurrido aquel sujeto. Para su sopresa este empezo a despojarse de su ropa. Una mirada seria y un rostro lleno de duda se dibujaron en la parte superior del angel.

No sabia que estaba haciendo, pero debia confiar en èl ya que sino el trabajo seria mas complicado. Llevo ambos brazos hacia lops bolsilos del pantalon y pudo notar la esfera que le habia dado aquel demonio para comunicarlo, por un momento se estaba arrepintiendo de hacer eso. Un angel ayudando no a uno sino a dos demonios, no era de verse todo los dias. Pero tenia que hacerlo para descubrir mas sobre aquel que se opuso al creador. Se habia dado vuelta para seguir el curso, ya que si uno llamaba su atencion el otro deberia irlo a buscar por ahi. Pero un fuego detras suyo se hizo presente, y cuando se iva a dar vuelta el ser maligno tenia en sus manos un arma de fuego. Esto lo soprendio bastante, porque cuando se saco la ropa no tenia nada en sus manos. No musito ninguna palabra durante el tiempo en que el demonio se preparaba solo observaba en silencio.

Esta bien. -el joven empezo la marcha junto con el demonio.Este se mantenia detras escuchando y observando todo detenidamente. Pero al ser una zona industrial, los edificio eran de proporciones considerables y hacia que su vista solo sea hacia adelante y atras , y algun que otro cajellon sin salida.- Yo subire y observare en los techos, no se podria saber si aquel licantropo podria atacarnos desde arriba. Aparte cubririamos gran parte de la zona.

El angel se metio por un cajellon, observo hacia arriba esperando calcular la altura para ver si podia subir por sus propios medios. Al ver que no podia, hizo uso de sus poderes de angeles. Un sonido parecidos al palpitar de muchas alas se hizo eco en aquel lugar. El joven habia tomado un buen impulso para subir aquel techo, ya arriba se deshizo de su forma "santa". Y se dirigio hacia una zona donde aquel demonio pudiera verlo. Cuando hicieran contacto visual, Haji siguiera desde arriba a Aldion obsevando desde las alturas.

Entre la noche las oscuras sombras podían parecer cualquier ser, entre los fuertes olores que circulaban por toda la zona ninguno parecía pertenecer al hombre lobo que seguramente estaría rondando por el lugar.

Un sonido dentro de la fábrica más cercana tenía seguro algo que ver con lo que estaban buscando, otro sonido más entre las cargas de balas que soltó el demonio podía ser que ese teatro estaba en realidad llamando al lobo. El ángel tal vez vería algo desde su posición pues una de las ventanas daba hacía el interior del lugar.

Ambos podrían entrar en esa fábrica y buscar lo que ahí había o simplemente esperar en la seguridad de la zona amplia, pero que decisión tomarían dependía únicamente de ellos y de sus agallas.

-Haji, para encontrar a un lobo, tenemos que pensar como un lobo.- Le dije al ángel que se encontraba encima del tejado de una fábrica. -Auuuuuuuuuuuuuuuuuu.- Imité el aullido lobuno con la esperanza de que esto me diera alguna idea, pero no funcionó.

Si quisiera esconderme, logicamente no iria paseando tranquilamente por la calle, y la probabilidad de que una bala ciega le acertara era demasiado baja, podria prenderle fuego a la zona entera, pero en "asesinar" se incluia el ser sigiloso, si no me habrian dicho simplemente que lo "matara".

Pasé por delante de una fábrica, y entonces un suave ruido reveló que había alguien o algo dentro, podría ser un gato callejero, pero si no lo era seria el lobo. Lo único que podía perder es que fuera una trama.

-Haji-. Llamé al ángel y le señalé la puerta. Bajé el cañón de mi arma hasta la cerradura y apreté el gatillo. Esta salió volando, dejando la puerta como si fuera un adorno.
La empujé y asomé la mitad de mi cuerpo por el interior de la fábrica abandonada, luego miré a mi alrredor.

-Oh yeah nenita, damelo todo.-

Aun era de noche, la luna tenia un tono rojo. Como si esa noche la sangre de todos los muertos bañaran a la luna con ella. El cabello del angel bailaba al compas del viento y a medida que transcurria el tiempo el color rojo del astro aumentaba. Seguian su paso y a medida que caminan, el demonio disparaba, sin consecuencia alguna, su arma hacia aquello que se haya movido. Aquel demonio habia aullado con la esperanza que aquel lobezno salga de escondite. Esto causo gracia al angel que se tapo la boca para que su compañero no lo escuchase.

Seguian caminando intentando encontrar algo que diera una pista sobre la ubicacion de aquel ser. Cuando de pronto un sonido algo extraño llamo la atencion de ambos seres. El demonio señalo la puerta en donde venia aquel sonido. Intentando observar algo desde la altura pudo divisar una ventana, desde su lugar miro atravez de la ventana intentando ver que habia en su interior. Las luces del lugar estaban apagadas y algunas sombras se podian ver, pero no se podia saber con exactitud si pertenecian a un ser vivo o algun objeto.

Demonios... -susurro mientras movia su cabeza negando la situacion ya que observo que Aldion destruyo la puerta sin tener una minima preocupacion si algo salia de su interior-

No lo quedaba otra que ayudar a su compañero, pero si se tratase de una trampa estarian en peligro. Por eso solo salto hacia el techo donde se producia el sonido y se dirigio hacia una ventana. Era de un tamaño medio, donde una persona podria entrar. Alli se quedo observando la situacion y en cualquier caso ayudar a su compañero.